Carta a la bisabuela

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Bendición, donde quiera que estés.

Nunca te conocí, pero me contaron que somos ‘tocayas’, que compartimos el mismo onomástico, la misma fecha de nacimiento- con diferentes años, por supuesto-…..y, en cierto modo, el mismo reto.

Te confieso que estoy intrigada con tu vida, bisabuela. A tí, aunque El Universo haya decidido; más de una decena de años antes, que no nos cruzaríamos en la vía, que jamás te conocería en persona, que sería tu primo-bisnieta. A tí, me gustaría preguntarte ahora muchas cosas…

Me gustaría saber más de ti, bisabuela. Pero, ahora las viejas fotografías familiares son tan antigüas, que ni siquiera puedo visualizar bien tu rostro en las imágenes. Quién eras, qué anhelabas, qué esperabas?.

Eras impertérrita, me dijeron. Te sostuviste siempre sola sobre tus pies, no sólo a tí misma; sino a tus hijos y a tus nietos, también. Cuántas veces te sentiste exhausta? Cuántas veces te asombraste de comprobar tu propia resistencia, más allá de lo imaginable? Una gran guerrera. Eso fuiste tú.

Cuál era el platillo que mejor cocinabas? Tu color favorito? Y tu lectura preferida? Qué era lo que más te preocupaba en la juventud? Y, luego, en tu vejez? Qué fue lo último que pensaste antes de partir, bisabuela?

Tenías también muchos ‘por qués’ en tu cabeza? Decidiste por el rencor, como antídoto contra el dolor del corazón ? Cuántas veces te decepcionó la humanidad? Alguna vez olvidaste, bisabuela?.

Te propusiste venir a buscarlo desde el más allá? Me contaron que él te habló en su lecho de muerte, que te vio, que acudió a tu llamado… Fue una concesión que te hizo Dios?. O, es que ocurre así siempre que un vínculo afectivo es tan fuerte, en vida? Fue él el hombre qué más amaste y, a la vez, quien más daño te hizo? Fue él tu peor pesadilla?

Dime, bisabuela, existe la reencarnación? Por qué no me lo cuentas en un sueño? A qué se debe esta lucha interna tan crónica?. Como tú, tuve dos hijos. Sí, ellos llenan mi mundo y éste se convierte entonces en un mejor lugar para vivir. Pero, qué cosa tan extraña es sentir esta necesidad de búsqueda !… Qué falta, bisabuela? Qué sobra?

Alguna vez se aplacan los sentimientos? Y la confianza en la gente, cómo se repara? Sabes, ‘bisabuela-tocaya’, que considero éste un momento magnífico en mi vida!? Que me siento plena y satisfecha; que no echo de menos lo que no tengo y que aún tengo muchos propósitos! Pero, entonces… qué pasa? Por qué el puzzle no luce perfecto?

Hay tantas cosas que nunca tienen respuestas… y tantas, las que quiero saber. Ya lo debes haber notado. Sin embargo, sí he aprendido, este transitar mío ha sido interesante. Así es, una vida plagada de maravillas e incertidumbres, de momentos de felicidad plena y profunda decepción, de experiencias llenas de orgullo y otras minadas de estupor. Bisabuelita, he aprendido a no esperar nada de nadie, porque el que vive de ilusiones muere de decepciones.

He aprendido la importancia de la paciencia y que las cosas no siempre estarán tan bien como imaginaba; que los amores pueden llegar de sorpresa, o acabar en una mentira.Que las cosas siempre pasan por algo, que es peor no sentir nada por alguien, a sentirle rencor. Nada. Porque ése es el punto final de todo….la nada.

Hay citas, como esta de Marcela Serrano, que se han hecho significativas: » Una mujer es la historia de sus actos, de sus pensamientos, de sus células y neuronas, de sus heridas y entusiasmos, de sus amores y desamores. Una mujer es inevitablemente la historia de su vientre, de las semillas que en él fecundaron, o no lo hicieron, o dejaron de hacerlo, y del momento aquel, el único en que se es diosa. Una mujer es la historia de lo pequeño, de lo trivial, lo cotidiano, la suma de lo callado. Una mujer es siempre la historia de muchos hombres».

Se supone que debo esperar hasta que nos reunamos algún día, cierto? Pero, por piedad, bisabuela querida, cuéntamelo en sueños, dame un adelanto, porque quiero saber, porque quiero comprender un poco este misterio intrincado que es la vida.

Cuídame, protégeme, que mis lágrimas sólo broten de felicidad….En mis ojos, te perpetuarás como la gran mujer valiente que siento viva en mi corazón. Que sé, de alguna manera, que fuiste.

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~ por amoresimperfectos en 28 agosto, 2013.

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