El Amante Belga

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Después de leer la fascinante novela de Isabel Allende ‘El Amante Japones’, no podía dejar pasar la oportunidad de compartir algunas reflexiones y por qué no, conclusiones también, que vinieron a mi mente tras sumergirme en la vida íntima, la pasión, el romance y sobre todo, los prejuicios de los personajes, entre los que, logicamente, se encuentra un hombre de raices asiáticas.

Y es que ha habido ultimamente una enorme señal de alerta a nivel mundial acerca de la falta de interés en Japon por tener sexo y buscar pareja. Se dice de todo ! Que si es por el ritmo de producción y la vocación laboral, que si la calidad de las muñecas de silicon que se producen allí superan cualquier compañía femenina convencional – algunos se han declarado legítimamente enamorados de su juguete – que si han evolucionado demasiado como sociedad y de allí que esas ‘gestiones tan primitivas’ han pasado a segundo plano. En fin, que se teme que en cien años los japoneses estén en peligro de extinción.

Eso no es precisamente la impresión que da nuestro protagonista en la reciente obra magistral de la eminente escritora chilena. No, que va…

Y es porque lo cierto es que no importa si el hombre es blanco o negro, esbelto o rechoncho, si baila salsa o toca el acordeón; el amante dedicado, creativo, considerado, apasionado y alucinante puede venir en cualquier presentación racial y cultural. Porque cuando un hombre está interesado y determinado a ganar la confianza y devoción de una mujer, va más allá de lo indecible. Se esmera !

No creo que exista una lista de pasos a seguir, ni creo en los ‘tests’ que intentan diagramar si tu hombre es el amante ideal; o si en cualquier caso, hay mil señales para confirmarlo, o no. Cada hombre es distinto, y existen cientos de maneras de sentir sus demostraciones como verdaderas señales de interés. Yo pienso que el amante óptimo explora, indaga, observa… y se mimetiza, como un camaleón, a los intereses, necesidades y gustos de su pareja. Lo hace con agrado, feliz, sin mayores esfuerzos, porque está interesado.

Amante es el que ama, de cualquier forma: El que escucha, el que abraza, el que hace reir, el que hace planes, el que protege, el que hace el amor, el que aconseja con sinceridad, el que llora sin temor a ser juzgado, el que se levanta después de un fracaso, el que trabaja en equipo, en fin; el que nos llena el alma.

Y ese ser maravilloso, que trae paz y serenidad a nuestra existencia, pudiera tener a Williams Wallace, o a Paolo Rubens, o a Haruki Murakami como pilar cultural y tal vez, ascendiente milenario en su árbol genealógico y sin embargo; será con total seguridad el amante ideal de alguien, la historia inmortal de otra persona, el mejor capítulo de la biografía de otro ser humano.

Estoy convencida de que no hay amante mediocre; sino desinteresado. Tantos miles de millones de personas que dan por sentada a su pareja ! Millares de hombres y mujeres que se desentienden del romance, de regar la planta, de sorprender al otro con erotismo. Guardan en el cajón de las memorias aquel morbo delicioso del deseo, las ganas, las ideas perversas para buscar el placer propio y de la pareja…y hasta los juguetitos de cama ! Los guardan y olvidan, se dan por sentados, se sienten seguros y pierden interés. Y esto pasa alrededor de todo el planeta, en Asia, Europa, Latinoamérica y hasta en Groenlandia.

Ser amante, de los buenos, es una determinación. El que quiere, puede. Si hasta hacer arepas juntos puede ser una aventura erótica sin límites ! No den por sentado las cosas, que dicen por allí que ‘seguro mata confianza’.

Felíz fin de semana, amantes perfectamente imperfectos !

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~ por amoresimperfectos en 7 julio, 2016.

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